Tuesday, February 22, 2011

LA FAMILIA, INSTITUCIÓN QUE MÁS SUFRE, SEGÚN OBISPO MEXICANO

El obispo de Querétaro afirma que hay una “conspiración” contra ella


QUERÉTARO, lunes 21 de febrero de 2011 (ZENIT.org – El Observador).- Con motivo de los recientes ataques que está sufriendo la familia en países como México y otros de la América Latina, el obispo de Querétaro, monseñor Mario de Gasperín ha escrito una reflexión sobre el tema en la que señala que “la familia es una de las instituciones que más ha sufrido y sufre en el momento actual”.
“A pesar de que oímos decir continuamente que la familia es la célula fundamental de la sociedad, es la que padece más ataques e incomprensiones. Hay por doquier como una conspiración contra la familia, que se origina en el menosprecio del matrimonio, su origen y fundamento”, mencionó el obispo mexicano.
Monseñor De Gasperín enlistó cinco puntos que, en su opinión, son fundamentales para entender y valorar a la familia desde la perspectiva cristiana y como una institución natural, querida por Dios.
El primero es que la familia “según el plan de Dios, está formada por papá, mamá y los hijos. La llaman tradicional, pero mejor sería llamarla normal. No hay familia completa sin papá ni mamá, y todo niño tiene derecho a tener un padre y una madre que le brinden cariño y calor”.
En segundo lugar, afirma, “como la paternidad divina es el origen de la paternidad humana, la misión de los papás es prolongar la presencia de Dios en el hogar, que consiste en dar amor y comunicar la vida. El que honra a sus padres honra también a Dios y merece la bendición del Señor. Los hijos deben corresponder al amor de sus padres con la obediencia y la gratitud”.
El tercero es que los hijos “son el fruto más precioso del amor de los padres, quienes, al darles la vida, deben comunicarles también la fe, que es vida de Dios. Los hijos aprenden el amor de Dios de sus padres, en el hogar. La familia es escuela de amor, de vida y de fe, que  son los tres pilares  que sostienen la vida cristiana familiar”.
“La santa Biblia dice que “el principio de la sabiduría es el temor de Dios”; por tanto, una familia sabia se fundamenta en el respeto amoroso a Dios. Sin Dios, no hay familia que resista los embates del mal. La familia que vive conforme a los mandamientos de Dios produce buenos frutos, hombres y mujeres de bien, útiles a la sociedad”, explicó a continuación.
Por último, afirmó que formar una familia unida y estable “es una gran tarea que reciben los padres el día que se casan por la Iglesia. Esa es su vocación y misión principal en este mundo. De ello deberán dar cuenta a Dios, y en ello estará su premio y su salvación”.
La reflexión de monseñor De Gasperín concluye subrayando que “no hay tarea más grande que procrear gente de bien. A ello contribuye la Iglesia católica protegiendo y defendiendo la fidelidad conyugal y la unidad familiar. Una familia unida es una bendición para la Iglesia y para la sociedad”.

Sunday, February 6, 2011

EN BUSQUEDA DE LA VERDAD


Un gran amigo y compañero de estudios (mi siempre apreciado José Granés Pallares Q.E.P.D.) comentaba, cuando hablaba de las leyes de Newton:
"Isaac Newton, asceta por excelencia e interesado en la promoción del mundo en obras de bien común, investigaba, escudriñaba, trabajaba en su laboratorio, solo, sin buscar un reconocimiento o una promoción social, sino más bien motivado internamente por la búsqueda de la verdad".

En realidad, Newton contribuyó grandemente en la promoción del mundo, como actualmente Stephen Hawking lo continúa haciendo.

Uno de los experimentos de Newton fue el de transformar la luz blanca en muchos colores, utilizando un prisma. De igual forma, colocando un segundo prisma, podía recoger los colores para regresar a generar la luz blanca.

Quisiera hacer una analogía entre este fenómeno físico y nuestra relación con Dios. Cada uno de nosotros, se distingue por algún talento o carisma. Alguno por su generosidad, otro por su sinceridad, o por su honestidad, o por su humildad. Si relacionamos cada uno de estos carismas con uno de los colores del arco iris, pudiéramos asociar la luz blanca con Dios y los colores como la forma conque nosotros respondemos a esa Luz. 

Si vamos a la segunda fase del experimento, el de retomar los colores para generar la Luz Blanca, se requeriría entonces unirnos para formar una Comunidad. En otras palabras, una Comunidad que refleja la totalidad de los talentos de sus miembros, reflejaría entonces la Luz o sea Dios mismo. 

Creo firmemente que debemos mantenernos siempre unidos a una Comunidad de cara a Dios para contribuir en dar Luz al mundo.

Estemos siempre de colores.

Wednesday, February 2, 2011

SEGUIR A CRISTO

El proyecto de nuestro Padre para todos nosotros comprende tres fases: nacer, morir y resucitar. En este proyecto, no hay distinción de clases, ni de razas ni de edades. Está abierto para todos  y está en nosotros aceptar esta propuesta o rechazarla. Sabemos que Jesús el Nazareno cumplió fielmente este caminar y resucitó. Jesús nos dice que El es el Camino, La Verdad y la Vida.  También nos confirmó que hay un solo mandamiento el más importante de todos: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y al prójimo como a tí mismo. También nos dio el mandato de "Ir por todo el mundo y anunciad la Buena Nueva a todo el mundo".  Donde la Buena Nueva es justamente que el Padre nos ama con infinita misericordia y que nos ama en forma gratuita.

Entonces es una propuesta realmente clara: Seguir el camino de Jesús. Pero en qué consiste seguir a Jesús?  Pues seguir a Jesús es colaborar con El en su obra de sanación, de consolación, de liberación del mundo en una dinámica que anuncia el Reino de Dios.

Nuestro modelo a seguir es el de Jesús. En realidad como católicos, tenemos dos modelos: el de Jesús y el de su mamá, la Virgen María.  Los dos hicieron dos cosas muy importantes:

1. Poner toda su confianza en el Padre - confiar plenamente en El;
2. Ponerse a su servicio bajo todas las circunstancias que se presenten en la vida.

Estos dos criterios están muy claros en el Evangelio.

Poner toda su confianza en el Padre: Nos dice Jesús: "No estén pendientes de lo que comerán o beberán; no se atormenten. Los que viven para el mundo presente se preocupan por todas esas cosas. Ustedes, en cambio, piensen que su Padre sabe lo que necesitan. Por tanto, trabajen para su Reino, y El les dará todas esas cosas por añadidura" (Lucas 12,29-31).

Ponerse a sus sevicio: Pudiera uno pensar que cuesta seguir a Jesús. Dice el Señor: "El que no carga con su cruz para seguirme, no puede ser mi discípulo" (Lucas 15, 27). Pero qué hermoso es seguir a Jesús, que no importa lo que pese nuestra cruz, pues caminando con El, la carga se aligera. Pues da mucha alegría cuando se camina, siguiendo a Cristo y anunciando la Buena Nueva. Razón tenía San Pablo, tomando una reflexión del profeta Isaías  decía: "Qué lindo es el caminar de los que traen buenas noticias" (Romanos 10, 15).

Entonces tenemos que salir de nuestras propias limitaciones y de nuestros propios perjuicios para realmente acercarnos a los otros a los amados por Cristo: a los abandonados, a los menos evangelizados, a los pobres, a los presos. Seguir a Cristo exige dejar nuestro propio universo para ir más allá...